El Triásico es un periodo marcado por importantes crisis medioambientales que repercutieron en la vida, tanto en océanos como en continentes. Las crisis entre las transiciones de los periodos Pérmico – Triásico y Triásico – Jurásico están consideradas entre las más importantes que ha sufrido el planeta, mientras que otras dos desarrolladas dentro del Triásico Inferior y Superior (en los pisos Olenekiense y Carniense, respectivamente) son consideradas de menor rango.
Aunque los primeros datos de campo que apuntaban al desarrollo de una crisis durante el Carniense se elaboraron a finales de siglo pasado, ha sido en la última década cuando esta crisis ha despertado más interés, y el motivo de ello radica en que se trata de una crisis que muestra características diferentes a otras mejor conocidas. La crisis del Carniense se conoce como el Episodio Húmedo del Carniense (Carnian pluvial episode o CPE, sus siglas en inglés). Se trata, en efecto, de un episodio húmedo que comenzó hace 234 m.a y se prolongó, aproximadamente, hasta 231,7 m.a., aunque la mayor actividad la tuvo en su comienzo. El CPE fue también un episodio cálido y tuvo una repercusión importante sobre la vida, produciendo extinciones en plantas y animales, pero también lo hacen coincidir con el origen de los dinosaurios, la proyección definitiva de los mamíferos y la expansión de diferentes grupos de plantas y herbívoros. Aunque el origen de este cambio global de temperatura y humedad no está totalmente resuelto, estudios isotópicos recientes apuntan a un vulcanismo intenso, procedente probablemente de la Gran Provincia Ígnea de Wrangelia (cuyos restos se sitúan hoy día entre Alaska y Canadá), como responsable de este episodio.
Los estudios llevados a cabo en el registro sedimentario marino muestran que el aumento de la pluviosidad produjo una intensa llegada de material continental arrastrado por los ríos, anegando gran parte de las plataformas marinas. Por otro lado, el registro continental muestra que éste se depositó en varias fases o pulsos en las que destaca el incremento de la actividad fluvial y desarrollo de lagos. La Península Ibérica muestra un registro continental bien conservado que ha sido recientemente estudiado por J. F Barrenechea, J. López-Gómez y R. De la Horra, del Instituto de Geociencias, IGEO (CSIC-UCM) y UCM. En los últimos años, este equipo también ha participado en el estudio del CPE en la cuenca de Argana, Atlas marroquí, con colaboradores de las universidades de Marrakech (Marruecos), Rennes (Francia) y el CECOAL-CONICET-UNNE (Argentina). Por primera vez se ha realizado un trabajo multidisciplinar del CPE en esa zona, abordando este episodio húmedo mediante estudios de paleosuelos, arcillas, sedimentología aluvial, isótopos y paleontología. Los datos demuestran que en la cuenca de Argana se registraron, al menos, dos de las fases húmedas del CPE. Este dato es de gran interés porque demuestra que, aunque se trata de un episodio a escala global, la intensidad de éste fue claramente distinta según la zona observada, aspecto que tuvo que ser clave en el desarrollo de nuevos grupos de fauna y flora.
A. Tourani, N. Benaouiss, R. De la Horra, J.F. Barrenechea, J. López-Gómez, O.F. Gallego, S. Bourquin, Characterization of the Carnian Pluvial Episode in the Argana Basin (Western High Atlas, Morocco): An approach based on sedimentology, clay mineralogy and paleosols, Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, Volume 627, 2023. https://doi.org/10.1016/j.palaeo.2023.111720.
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