Un equipo internacional, liderado desde las Universidades de Gorgan e Isfahan (Irán) y el Instituto de Geociencias (CSIC-UCM, Madrid), ha realizado un estudio de sus rocas cámbricas y ordovícicas, con edades comprendidas entre los 540 y 440 millones de años.
La cuenca sedimentaria que constituye ahora la cordillera formaba parte del mismo continente que la península Ibérica: Gondwana. A lo largo de casi 100 millones de años, Gondwana rotaba sobre sí misma en sentido contrario a las agujas del reloj, por lo que el cambio de condiciones subtropicales a polares registrado en su margen occidental (Iberia) se invirtió en el margen de los Alborz, donde aparecieron las condiciones subtropicales que desaparecían progresivamente de nuestro margen gondwánico.En estos dos trabajos se analiza la separación gradual (rift) del margen de Gondwana de la cuenca de los Alborz durante el Cámbrico, que culminó con su deriva (drift) mediante la intervención de una pluma mantélica que ascendió a la superficie generando traps basálticos ordovícicos de hasta 1 km de espesor.
La coincidencia de semejante cantidad de lavas volcánicas, asociadas a emanaciones gaseosas ricas en SO2, habría inducido una acidificación de las aguas que podría haber favorecido, en este sector iraní, la extinción que en nuestro margen ibérico se estaba registrando asociado a la glaciación hirnantiense (hace 445 a 443 millones de años).La fase de rift en condiciones subtropicales se asemeja al rift actual de África oriental. La fragmentación de la cuenca de los Alborz generó depresiones con evaporitas (yesos y sales) y arrecifes de esponjas y comunidades microbianas, asociadas a las primeras emanaciones volcánicas, principalmente de carácter explosivo. El final de la productividad carbonatada se asoció al desarrolló de barras oolíticas colonizadas por praderas de equinodermos. Las corrientes marinas permitieron la circulación de larvas de artrópodos (trilobites), braquiópodos y equinodermos similares a los del continente de China Meridional, así como los del margen ibérico, compartiendo numerosas especies fósiles cámbricas y ordovícicas.
La glaciación hirnantiense, que cubrió los sectores subpolares (como el margen ibérico de Gondwana) con capas de hielo marino, apenas se registró en el sector de los Alborz, donde el ascenso de una pluma mantélica generó modificaciones drásticas en la composición de las aguas oceánicas y de sus sustratos marinos ricos en costras metálicas. El final de la glaciación coincidió en Irán con el colapso isostático generado por la finalización del domo térmico inducido por la actividad de la pluma mantélica, generando una profundización oceánica brusca y el depósito de fango rico en materia orgánica (querógeno), origen de gran parte de los yacimientos de gas y petróleo de las Cordilleras iraníes de los Alborz y Zagros. En numerosos afloramientos sigue manando el crudo que atesoran estas rocas a través de sus cavidades y fisuras, como ya citaba Marco Polo (siglo XIII) en su Libro de las Maravillas a su paso por los alrededores de Bandar Abbas (Golfo Pérsico).
FOTO. Afloramiento de calizas anaranjadas del Grupo Mila (Cámbrico) en las cercanías de Deh Molla, Alborz oriental, con montañas jurásicas al fondo.
J. Javier Alvaro, Mansoureh Ghobadi Pour, Teresa Sánchez-García, Mohammad-Reza Kebria-ee Zadeh, Vachik Hairapetian & Leonid E. Popov ++ Mansoureh Ghobadi Pour, Leonid E. Popov, J. Javier Álvaro, Arash Amini, Vachik Hairapetian & Hadi Jahangir:
10.1016/j.jseaes.2022.105240 ++ 10.3140/bull.geosci.1830
Deja un comentario
Deja un comentario