Trayectoria profesional
Soy licenciado en Ciencias Biológicas por la Universitat de València y Doctor en Paleontología por la Universidad Autónoma de Madrid. Desde muy jovencito me sentí fascinado por la paleontología, de modo que empecé a colaborar como voluntario en excavaciones y tareas de laboratorio mientras estudiaba la licenciatura, colaborando con paleontólogos y paleontólogas que estudiaban yacimientos en Alpuente, Venta del Moro y Alcoi. Realicé mi tesis doctoral en la Fundación Dinópolis, estudiando la paleobiología del dinosaurio saurópodo Turiasaurus y su pariente más cercano Losillasaurus, de Valencia. Después de doctorarme, dada la dificultad de encontrar contratos y becas postdoctorales para mi perfil, me centré en trabajar en divulgación como freelance, mientras seguía vinculado a proyectos de investigación de colegas. En la actualidad, soy vocal de difusión de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Paleontología y Director Científico del Museo de Benagéber (Valencia).
¿Por qué te dedicas a las geociencias?
No contemplo otra cosa. Desde muy jovencito me han apasionado, sobre todo la paleontología. Y al final, para dedicarnos a ello necesitamos desarrollar tantas competencias, que podemos ser útiles en muchos trabajos. Me siento mucho más realizado trabajando en relación con las geociencias y su transmisión.
¿Por qué es importante para ti hacer visibles a las personas LGTBIAQ+ en el campo de las ciencias/en el lugar de trabajo?
Cuando crecí como niño apasionado por la paleontología, no tenía referentes. Ni en los libros, ni en la vida real. Tuve que conformarme con ejemplos muy heteronormativos. Y eso contribuyó a que me crease una carcasa o imagen al gusto de esa sociedad heteronormativa. Porque sentía que había que encajar ahí. Es importante que se visibilice a las personas LGTBIAQ+ que trabajan en ciencias para que las nuevas generaciones no sientan que no pueden ser ellas mismas para trabajar en nuestro campo. O para poder demostrar que este es un lugar seguro para todas ellas, que todo el mundo tiene cabida. Y eso es aplicable a todos los espectros de la diversidad. En la ciencia cabemos todas, aunque a veces puede dar la sensación -cada vez menos, por suerte- de que es terreno privado de ciertas élites, no lo es.
¿Cómo podemos hacer que la ciencia sea más inclusiva?
Visibilizando. Todo el rato. Que se entienda que la ciencia la hacemos personas. Personas de todo tipo, identidad, orientación, origen étnico, recursos… y hay que acabar con la idea de la excelencia. Es lo más tóxico que hay en el mundo académico hoy en día. La ciencia debemos hacerla entre todas, no dejarla para las personas consideradas «de excelencia» según unos términos y baremos creados por señores privilegiados.
¿Alguna vez has evitado compartir aspectos de tu vida personal en el trabajo por tener una orientación sexual diferente? ¿Cuál crees que es la razón principal?
Durante mi juventud, todo el rato. La falta de referentes, y vivir en un ambiente heteropatriarcal, donde la homosexualidad era un chiste y algo indeseable, me hizo esconder quien verdaderamente soy. Durante años. Incluso a mis mejores amigos. Porque nos hacían sentir que éramos un fracaso, un error, algo que lamentar. Y lo lamentable, el error, era que la sociedad nos hiciera sentir así.
¿Consideras que tu lugar de trabajo es un espacio seguro para las personas con diversidad afectivo-sexual? ¿Cómo crees que se podría cambiar esta situación?
Por suerte, la gente con la que trabajo en proyectos de todo tipo es cada vez más diversa e inclusiva. Y me siento en casa con todas ellas. En general, hablando ya del mundo académico en general, por suerte cada vez hay más casos de comportamientos intolerantes que son denunciados. La creación de comisiones de diversidad, por ejemplo, es un buen camino. Tener códigos de conducta y protocolos de actuación contra la discriminación para nuestros centros de trabajo y reuniones… pero al final, la clave es sentirse a gusto. Y eso pasa por visibilizar y crear un ambiente amable y menos estirado. Si una persona que empieza a dedicarse a la ciencia se ve representada en sus mayores, sentirá que pertenece a ese lugar. Si además se siente relajada, siente que puede hacer chistes, trabajar con los auriculares si así trabaja mejor sin que se lo echen en cara… se sentirá a gusto y será más productiva.