Continuamos con nuestro blog de Los Viernes en el IGEO, en esta ocasión a cargo de nuestro compañero Fernando Tornos, que nos contó las características de un volcán muy peculiar que se encuentra en los Andes. Vamos a tratar de contaros resumidamente por qué es tan especial este complejo volcánico.


Figura 1: localización del Cerro Laco en la Cordillera de los Andes (Izquierda) y aspecto del complejo volcánico en superficie (derecha).

Figura 2: Volcanes cercanos al Cerro Laco, Cerros Miñaques y Pili de mas de 6000 m. Delante, uno de los abundantes salares de la zona.

El complejo volcánico del Laco (5325 m) se localiza en la región chilena de Antofagasta, en la cordillera de los Andes y próximo a la frontera argentina. Se trata de un estratovolcán dominado por lavas andesíticas que está parcialmente erosionado. Su origen se remonta al final del Mioceno o principios del Plioceno, extendiéndose su actividad hasta el Pleistoceno.

Como ya hemos comentado, las coladas volcánicas dominantes son de naturaleza andesítica, pero entre ellas hay intercaladas unas mineralizaciones masivas de magnetita. Estos cuerpos de magnetita son únicos a escala mundial y actualmente hay un gran debate sobre su origen. Estos cuerpos de magnetita están enraizados en unos diques de composición similar y cubiertos por hematites de posible origen piroclástico.

Figura 3: esquema geológico del Complejo Laco (fuente Wikipedia

Figura 4: Aspecto de los diques de magnetita masiva y sus estructuras de enfriamiento

Figura 4: Coladas de  magnetita masiva.

Las principales hipótesis que se han planteado para intentar explicar estas rocas únicas es que sean (1) de origen magmático estrictamente, donde la magnetita cristalizaría a partir de un magma rico en hierro, (2) que se trate del remplazamiento de la andesita por fluidos hidrotermales ricos en hierro y derivados de una intrusión profunda o de los salares cercanos o  (3) que el origen de la magnetita se deba a procesos de flotación y crecimiento hidrotermal.


Figura 5. Depósitos piroclásticos de hematites qie incluyen bombas volcánicas de magnetita y de destinezita (color naranja), un raro fostato-sulfato de hierro hidratado y que se interpreta como un magma inmiscible.

Nuestros resultados geológicos y geoquímicos sugieren que estas mineralizaciones son el producto de la cristalización de un magma inusual muy rico en hierro y pobre en sílice-aluminio y que se formó cuando una andesita típica de los Andes intruyó un basamento rico en evaporitas, fosfatos y rocas sedimentarias ricas en hierro. La asimilación de estas rocas generó este magma rico en hierro que, a pesar de su alta densidad pero baja viscosidad, fue capaz de ascender a lo largo de las fracturas anulares que rodean el Cerro Laco. El magma, al cristalizar, liberó grandes cantidades de agua en forma de gas y que al reaccionar con la andesita encajante formó las grandes zona de alteración ricas en alunita y que son lo más característico del área. Esta sobrepresión de gases fue capaz de formar cuerpos de diatrema-maar y los grandes depósitos piroclásticos que se superponen a las coladas.


Figura 6. Estructuras brechoides de tipo diatrema con fragmentos de roca volcánica cementados por magnetita. Encima de estas estructuras hay depósitos de tipo maar con depósitos subacuosos de hematites.

Figura 7. Zonas de alteración hidrotermal ricas en alunita en la zona de El Laco y formadas cuando un gas rico en volátiles se mezcla con agua liquida generando fluidos muy acidos que reaccionan con la andesita.

Figura 8. Esquema genético porpuesto por Keller et al. (en prensa) para la formación del magma rico en hierro. La contaminación crustal tendría lugar en una cámara magmática a unos 5 km por debajo del volcán.
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